jueves, 29 de octubre de 2009

Una general dominicana, española por la Ley de Memoria Histórica


Rosanna Libertad Pons Peguero. Dominicana. General de brigada de la Fuerza Aérea. Y recientemente, también española gracias a la Ley de Memoria Histórica, que permite obtener la nacionalidad a hijos o nietos de españoles.
Nació un 23 de julio de 1960 en una localidad del suroeste de la República Dominicana llamada Barahona. De esa tierra era también oriundo su padre, Amador, hijo del mallorquín Miguel Pons Conde, la causa de esta historia.


"Mi abuelo nació en 1875 en Palma de Mallorca y emigró a República Dominicana en 1892 con sus hermanos y varios amigos". Se estableció en Santo Domingo. De allí, con mujer y cuatro hijos, se trasladó a Barahona, "donde nacieron mi papá y mis tíos".

Rosanna creció influenciada por el deseo de su padre de ser español, "ilusión que nunca abandonó". A finales de 2008, tres hermanas Pons solicitaron la nacionalidad española, sabedoras de que la Ley de Memoria Histórica les abría una nueva puerta para hacer realidad un sueño.

Mundo masculino

Su participación como arquitecta recién licenciada en un proyecto de la Fuerza Aérea, en 1984, la llevó a recibir una invitación para enrolarse. Al mes de su ingreso, la nombraron segundo teniente, y pasó "a lidiar en un mundo netamente masculino, con el convencimiento de que me destacaría entre ellos".

Tras 24 años de carrera militar es directora del Instituto Cartográfico Militar. No se plantea la idea de cambiar de Fuerzas Armadas: "Me queda aún mucho por aportar a las filas dominicanas, que están en un momento interesante de replanteamientos".

Le sigue los pasos a la actual ministra de Defensa española, Carmen Chacón, "a quien me encantaría conocer e invitar a nuestro país a que cuente su experiencia".


Fuente: Diario El País - España

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A mi modo de ver, un militar de un país extranjero no debería adquirir la nacionalidad española a menos que renuncie a su carrera en su pais de nacimiento.

Daniel Barreiro

lunes, 19 de octubre de 2009

La inmigración española en Argentina

Por María José González Achaval

Los argentinos claramente estamos marcados por la inmigración española. Basta tomar una guía telefónica para darnos cuenta del peso de los descendientes de españoles en nuestro país. Entre los años 1869 y la I Guerra Mundial y luego en la época de la Guerra Civil Española, y en los años posteriores a este dramático enfrentamiento - por mencionar sólo las etapas más recientes- llegaron a nuestras costas cientos de miles de españoles.

En la Buenos Aires de principio del siglo XX había casi tantos inmigrantes como nativos argentinos y el fenómeno se repetía en las ciudades del interior en menor escala. Estos inmigrantes, fueron nuestros abuelos, a quienes veneramos por su lucha y coraje, al mismo tiempo que agradecemos a esta tierra el haberles dado las posibilidades de crecimiento y de futuro.


Deberíamos recordar que entre aquellos abuelos nuestros llegaron escasos científicos, profesionales u hombres ilustrados, la mayoría de ellos fueron simples trabajadores campesinos, jornaleros, de escasa preparación, pero con voluntad de encontrar aquí un futuro. No sufrieron la marginalidad por su condición humilde.

Los aquí llamados “gallegos”, aún cuando provenían de distintas regiones de España, instalaron pequeños comercios o almacenes, prosperaron y fueron aceptados con simpatía por los argentinos nativos. Tantos españoles poblaban con sus negocios o pequeños hoteles la Av. de Mayo, que ésta se terminó conociendo vulgarmente como la Avenida de los españoles.

Aunque en mucha menor medida fueron muy reconocidos los contados pero importantes hombres de letras o del teatro o los dedicados a la actividad editorial o librera, ellos generaron significativos y persistentes proyectos culturales que además posibilitaron el constante intercambio con la cultura de España. Se destacaron en el mundo de la cultura, los catalanes.

Aquí, los españoles de toda condición, formaron familias mixtas, educaron a sus hijos y tuvieron la posibilidad de darles estudios superiores. Nuestros padres, -hijos de inmigrantes- llegaron a ser profesionales.

Prontamente se les concedió la ciudadanía y con ella la posibilidad de la participación política a través de los nuevos partidos que incorporaban nuevos sectores sociales para ampliar las posibilidades de reconocimiento y bienestar que antes sólo gozaban los miembros de la elite tradicional.

Algunos hijos de inmigrantes, españoles y de otros orígenes, pronto llegaron a cargos de poder y responsabilidad. Fueron ellos los gestores de los grandes cambios sociales que el país necesitaba, pues portaban ideas nuevas y perspectivas más amplias.

En los últimos años, algunos de sus nietos o bisnietos vuelven a la madre patria, buscando las posibilidades de desarrollo que la tierra de adopción de sus abuelos no podía ya brindarles. Y partieron y dejaron con dolor su tierra y sus costumbres, sus afectos y gustos porque confiaban en que, en aquellas tierras de antiguas promesas pudieran obtener el respeto, la estabilidad, el trabajo o la posibilidad de formación que no encontraron en la Argentina.. Pero, muchos de ellos se encuentran en condiciones de marginalidad, y sufren por la sospecha constante con que algunos observan al que viene de lejos como para llevarse algo que no les pertenece.

Los argentinos, que crecimos en tierra de inmigración, rodeados de apellidos que suenan familiares y extraños al mismo tiempo, que nos acostumbramos a mezclar en nuestra dieta variados alimentos de todos los orígenes, que nos alegramos con la música y la danza de todos los países del mundo; eclécticos en todas las formas posibles, nos solazamos en nuestra diversidad y riqueza pero continuamos preguntándonos quiénes somos realmente luego de tamaña mixtura.


Texto extraído del blog: Migraciones. Reflexiones cívicas
http://weblogs.madrimasd.org/migraciones/default.aspx

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No todo les fue tan fácil a los españoles emigrantes, supieron soportar las burlas de muchos de los "criollos" por su acento, pero de lo que sí estoy seguro, Manuel, MI ABUELO, se ganó la vida trabajando, algo que en su Galicia no podía ...
Como argentino y español, siento dolor y vergüenza por el trato discriminatorio que reciben los argentinos, brasileños, etc, que son mal tratados ni bien pisan Barajas, por simple "portación de rostro", muchos de ellos rechazados sin poder entrar a España.
Concuerdo con el texto y el compromiso de seguir luchando por una España más noble, que no olvide de su emigración, que tanto dio cuando solo miseria había en esa entrañable tierra.

Daniel Barreiro

domingo, 18 de octubre de 2009

Reunión de HyNE Argentina

La Coordinación de HyNE Argentina, convoca a reunión general de Hijos y Nietos de Españoles para el próximo miércoles 21 de Octubre a las 19:00 hs, en el Centro Betanzos, sito en Venezuela 1534, Capital, con acceso libre y gratuito.
En la misma se hablará de avances en el proceso de aplicación de la ley de Memoria Histórica en lo concerniente a la ampliación de la nacionalidad para hijos y nietos, casos excluídos y temas de interés general de la colectividad española en Argentina.
Los esperamos !!

miércoles, 7 de octubre de 2009

HyNE en Agencia Telam

Nacionalidad española: el plazo para que los nietos hagan el trámite vence en 2010


Hijos y nietos de emigrantes tienen plazo hasta el 31 de diciembre de 2010 para acceder a la nacionalidad española, a partir de la sanción de la Ley de Memoria Histórica, una normativa transitoria promulgada el 26 de diciembre de 2007 y con vigencia hasta fines del año que viene.

Daniel Barreiro, coordinador de la organización Hijos y Nietos de Españoles (www.hyne.com.ar), destinada a difundir temas de interés de la comunidad española, charló con Télam sobre los detalles de la tramitación.

“En principio, pueden acceder a la nacionalidad un 80% de nietos de emigrantes españoles. Los nietos de abuelo varón entran si el abuelo mantuvo su nacionalidad hasta que su hijo naciera”, explicó Barreiro.

“También pueden acceder a través de una abuela o abuelo, si fueron exiliados entre 1936 y 1955, porque en ese caso se los toma como exiliados políticos. Pero hay que demostrar la salida de España con pasaportes y certificados de entrada al país”, agregó.

Entre la documentación principal a presentar, está la partida de nacimiento española o el acta de bautismo de España del abuelo.

Luego, es necesario reunir la documentación que vincule al abuelo con el nieto: partidas de defunción, libretas de matrimonio, partidas de nacimiento de los padres y todo aquello que demuestre la relación.

“Los casos con padre que recuperó la nacionalidad son más fáciles de tramitar, porque el Consulado constata el parentesco y lleva alrededor de cuatro meses. En el caso de que haya que rastrear al abuelo o el padre haya fallecido, el plazo se puede extender hasta seis”, afirmó Barreiro.

“Lo importante es que la gente no se duerma –advirtió-, porque la cita en el Consulado no es espontánea. Hay que pedir el turno por Internet y puede que hoy lo entreguen para el año próximo”.

Consultado sobre los alcances de la normativa, Barreiro asegura: “Al principio se habló de una avalancha de nuevos ciudadanos españoles, pero no calculamos que vayan a ser más de 200 mil o 300 mil en todo el mundo cuando finalice el plazo para el trámite que dispone la ley. Acá en Argentina, no creemos que lleguen a 100 mil”.

http://www.telam.com.ar/vernota.php?tipo=N&idPub=163260&id=317823&dis=1&sec=1