viernes, 31 de julio de 2009

Hay que acabar con los falsos mitos que adornan a ETA


Una cosa es ser independentista y otra, muy distinta, pistolero


Enric Sopena

ETA mató ayer en Calvià, en Mallorca, a dos guardias civiles, horas después del bestial atentado contra la casa cuartel de la Benemérita en la ciudad de Burgos, que –de no haberlo impedido la Providencia o el Destino- hubiera podido convertirse en una estremecedora matanza de guardias y de sus familias, incluidos numerosos menores de edad. Antecedentes de ataques brutales a enclaves de la Guardia Civil se encuentran en Zaragoza y en Vic, entre otros episodios no menos escalofriantes.

Es difícil -por no decir imposible- encontrar adjetivos adecuados a la hora de describir a semejantes asesinos. Están prácticamente agotados todos. Llevamos más de cincuenta años soportando a los etarras y a sus círculos concéntricos, esos bárbaros que aplauden o hacen de claque de tamaños verdugos. Recuerdo que, a raíz de otra de sus múltiples exhibiciones de vesania sangrienta -la ocurrida en el Hipercor de Barcelona, el 19 de junio de 1987-, que provocó 21 muertos y 45 heridos, el entonces director del Diari de Barcelona [editado en catalán], el prestigioso periodista Josep Pernau, llevó el editorial a la portada y –con el acierto que acompaña a la sinceridad- lo tituló del siguiente modo: “¡Fills de puta”!

“Hijos de puta”
A tales “hijos de puta”, sin embargo, les gusta parapetarse bajo la épica de los héroes nacionales. A los crímenes más abyectos los disfrazan con expresiones como lucha armada, que no deja de ser un recurso dialéctico de carácter ditirámbico, del todo inapropiado a las hazañas que practican y que se reducen a disparar o poner bombas, asesinando o hiriendo gravemente a inocentes, para luego salir huyendo. Se regocijan o se recrean además denunciando que Euskalerria –otro falseamiento de la realidad- es una nación sin Estado, una nación oprimida, su patria irredenta. He aquí otra batería de falsas y perversas aseveraciones.

Conciertos económicos
Euskadi es la comunidad autónoma más rica –o de las más ricas- de España y probablemente de Europa. Recibe del Estado central, junto a Navarra, el privilegio de unos conciertos económicos, basados en fueros históricos, evidentemente asimétricos respecto a la financiación del resto de autonomías. Acerca de estas cuestiones, ha venido manteniéndose -desde la transición democrática hasta la actualidad, y por parte de unos y otros- una especie de manto de silencio generalizado. ¿Esta llegando la hora de que esos conciertos se puedan debatir de forma racional?

Abominables actuaciones
No sostengo de ninguna manera que deba pasarse factura alguna a los ciudadanos vascos a causa de los mencionados conciertos. No son la inmensa mayoría de los vascos los responsables de las abominables actuaciones de ETA. Pero no puede ser que la banda de canallas que se autoproclaman los redentores de Euskadi/Euskalerría vayan diciendo por ahí que forman parte de una nación no reconocida y oprimida, como si el País Vasco fuera –pongamos por caso- el pueblo palestino, empobrecido, perseguido, masacrado, humillado y diezmado.

Acciones militares
Y tampoco puede ser que los terroristas prediquen constantemente que el único camino para alcanzar sus objetivos sean las acciones militares [otra palabra totalmente inexacta en este caso]. Eso era verdad durante la dictadura franquista, que castigó sin duda a los vascos. Pero que también castigó a los catalanes y a los gallegos galleguistas, como le sucedió al abuelo de Mariano Rajoy.

Guerra incivil
Y, sobre todo, no hay que olvidar que la represión monstruosa del régimen surgido del golpe de Estado de 1936, y de tres años de guerra incivil, se produjo en toda España. Pregunten los partidarios de ETA qué pasó en Badajoz o en Málaga, aparte de otros muchos territorios españoles, cuando fueron invadidos por el ejército del facineroso Franco.

Esquerra Republicana de Catalunya
Dejó de ser verdad con la Constitución vigente, la aprobada por gran mayoría de votantes en 1978. Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) es una fuerza política de carácter independentista que está en las instituciones y que aspira –por la vía democrática y pacífica- a que se produzca algún día la secesión de Cataluña. Lo mismo pasa en el Quebec. No se derrama allí una sola gota de sangre por parte de los independentistas del Quebec, que son muchos. Votan en las urnas y punto.

Esta gentuza
Es preciso acabar con los falsos mitos que adornan a quienes confunden libertad y asesinatos. Los mitos de la ETA han de ser intensamente desmentidos y desenmascarados -sin rubor y con argumentos bien articulados-, si queremos terminar con una pesadilla como la que protagoniza esta gentuza. Una cosa es ser independentista y otra muy distinta ser un pistolero o un experto en coches bomba. Éstos no son independentistas. Son sencillamente asesinos. Como Al Capone, por ejemplo.


Enric Sopena es director de El Plural
www.elplural.com

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